Esta mañana ETARINYETH venía desde URSUS POLARIS, junto con RAQUEL en el autobús cuando observaron, GRIETAS EN EL CIELO desde YEMAYA hasta TIKUM 72. No tardaron en llamar por teléfono a VIVIAN ANGELICA para informarle que calmase a LA GATA de DAVID y MERCE que estaba esos días en casa.
“Llámale AMOR CAPULLITO DE ALHELI, CUORE….”- le informaba nerviosísima ETARINYETH.
Nada más llegar a la calle poeta FRANK RUFINO se bajaron del autobús y llamaron inmediatamente a B.B. que salía del centro comercial ROWEN, de ver la película, LORD CINEMA con ALEXANDRA EINSTEIN, DEDICATORIAS, ROSA y FABIA. Quedaron en reunirse en la esquina de la calle TETIS, para ir juntas a casa, cerca del restaurante LASOSITA de la famosa cocinera ALQUIMIA FULLERA TRANSITANDO.
Cuando se encontraron todas apareció CARMEN y Mª JOSE por la avenida NAXO alegando que habían visto en el cielo un SOL IMAGINARIO O DESEPERACION, comentaron asustadas. Comenzaron a caminar de forma rauda hacia el apartamento que posee ETARINYETH en el edificio PASSOFINNO.
Ante tan magno acontecimiento científico y astrológico encendieron la televisión, donde informaban en directo que la empresa, BUSCADOR DE BUSCADORES había enviado sus cuatro mejores científicos al espacio a investigar el acontecimiento. A bordo de la nave NV BALLESTEROS viajaban el comandante ALEJSO, el teniente FETE, la astrónoma internacionalmente reconocida LOLI MARTINEZ y la general de aeronáutica CANDELA MARTI. No tardaron en aparecer sus vecinos XIOMARA BEATRIZ y BOSS, que se unieron a escuchar la noticia.
Los locutores del avance informativo XAVIER y ELZENIR informaron que habían descubierto una nueva constelación que la bautizarían BICHITA23 por ser la número 23 de esa galaxia. Cerca de la estrella ARIADNA D.A. Posteriormente apareció el presidente de la nación en rueda de prensa desde su residencia MUXICA ARENA.
“Yo GONZALO VAZQUEZ GABOR informo a la nación, que este hecho que estamos presenciando, no es peligroso, sucede siempre que los REYES MAGOS hacen su Adoración”
Siento nostalgia de aquel viejo caserón vasco, emplazado en aquella ladera verdosa. Para cualquier transeúnte que se acercase caminando cerca de ella y la mirase fijamente, poco o nada podría decirle aquellas frías piedras ordenadas a modo de edificio, domadas con el fin de guarecer a una familia.
Para mí, era el protagonista silencioso de mi crecer, de mi niñez y de mi infancia feliz ignorante de lo que la vida sucedía más allá de su muro de piedra, junto a una calzada que el abuelo aseguraba ser romana. Ahora acumulo la nostalgia en el recuerdo, más si cabe, con cierto dolor recuerdo sus olores y texturas, las riquezas del entorno que ahora no soy capaz de llegar a describir completamente.
En tiempos el viejo caserón albergaba a toda la familia en los meses de verano y acudíamos asombrados al nacimiento de un nuevo huevo de una gallina parda, un pato, descubríamos el volar zigzagueante de una golondrina, el pacer amable de los caballos en los montes cercanos. Ahora solo somos esa nostalgia, un retal vivido de la infancia.
